domingo, 25 de julio de 2010

El diario del lunes

Acalladas las voces, quizás sea el momento de intentar alguna reflexión. No me preocupa la crispación ni que la sociedad se divida cuando la materia lo vale. No creo en esa especie de calma que propone Morales Solá, ni en los paraísos de la Moncloa. Pero si todo se reduce a ganadores y perdedores, creo que los frutos serán pocos para ambos. Hay casos en que conviene avanzar con el resultado puesto. El diario del lunes, inocuo para el pronóstico, puede ser útil a la hora de pensar.

El debate, apresuradamente calificado de histórico, se inclinó hacia un tema, a mi parecer secundario en este caso, como el de la igualdad. Esta ofrecía el atractivo de encender la discusión y de permitir descalificar al adversario aplicándole el tan temido epíteto de discriminador y hasta de nazi. Pero no deja de ser una ventaja táctica, que poco aporta a la hora de echar luz sobre el problema. Muchas veces lo que sirve a la discusión es nocivo para el diálogo, siendo este último el que privilegia la búsqueda de la verdad, por encima del triunfo circunstancial.

A mi juicio la verdadera cuestión se centraba, y se centra aún después de sancionada la ley, en la resolución del par naturaleza y cultura. Saber si aún la naturaleza es capaz de fundar algunas leyes por sobre lo que dicta la cultura es la pregunta. Es, en definitiva, una compleja cuestión de intensidades y de límites, ya que parece claro a todos que naturaleza y cultura no se oponen, sino que aparecen inextricablemente unidas en la vida real. La tarea sería, entonces, discernir con cautela en este embrollo, que es el modo en el que las cosas se nos presentan.

El hombre, desde Descartes para acá, ha ido tomando un lugar preponderante y a veces parece olvidarse de que el mundo le fue dado y lo precede. El “olvido del Ser” que señala Heidegger y su transmutación en el “dominio de lo ente”, es a mi juicio el verdadero problema. Y este es en última instancia el problema de la verdad. El avance del hombre sobre la naturaleza sin reconocer los límites de su condición es una realidad que preocupa. Hay una relación estrecha entre ecología y moral que muchas veces no es del todo advertida.


La familia es una realidad que es manifestación cultural, pero que al mismo tiempo posee una raigambre natural que parece haber sido soslayada. Hay quienes piensan que se debería haber tenido en cuenta este aspecto, yo entre ellos. Este debería haber sido el eje del debate, y debería serlo en el próximo debate que ineludiblemente ya se propone a la sociedad, el del aborto. La relación del hombre con respecto a la vida es también un problema de naturaleza y de cultura.

Soy católico y por lo tanto veo en la naturaleza un designio del Creador, pero esto no me impide comprender otras posturas. Espero que mi fe tampoco sea un impedimento para opinar de las leyes que rigen la sociedad donde vivo. No soy ni un homofóbico ni un tradicionalista a ultranza ni un autoritario. Profeso la fe católica dentro de la Iglesia a la que amo y de la que acepto todas las contradicciones que surgen de su peregrinar en esta tierra.

Ante los que piensan que la Iglesia es retrógrada yo profundamente creo que, bajo su ropaje de 2000 años, en el cristianismo vive la fuerza más revolucionaria que existe sobre la tierra. Y también creo que la ley apenas sancionada a pesar de tener un aire de libertad, en última instancia resultará en una mayor esclavitud, simplemente porque está basada en una falsedad, la que cree en un hombre todopoderoso.

En definitiva, estoy convencido de que como dice Jesús “solo la verdad os hará libres” (Jn 8, 32), pero esta convicción lejos está de provocarme animosidad contra los que piensan distinto.

Más bien todo lo contrario.

10 comentarios:

Rob K dijo...

El debate, creo, se usó políticamente (y en forma grosera) para herir al adversario. Tu punto me parece inobjetable desde la fe trascendente. Pero desde mi condición de ex-creyente, no encuentro, fuera de esa fe, razones que a mí me convenzan para oponerme.

Tu planteo me aviva un tema que no he resuelto: cómo definir desde el hombre, por fuera de la religión, los límites a nuestra naturaleza. ¿O acaso todo lo que producimos, creamos, destruimos, modificamos, no expresa nuestra singular naturaleza? ¿Qué sería entonces lo no natural, o lo antinatural, para una criatura que continuamente extiende su dominio de lo dado, avanza con la técnica y vuelve poco a poco posibles sus fantasías (aunque posible no necesariamente signifique deseable)?

La herida de Paris dijo...

"cómo definir desde el hombre, por fuera de la religión, los límites a nuestra naturaleza".

Ese es exactamente mi planteo, y la pregunta que yo también me hago y que a mi criterio quedó oscurecida en este debate por otras cuestiones menos relevantes.

Saludos.

mary poppins dijo...

que lindo seria discutir esto entre sus habitues y una rica comida, no?

Tengo que separar el testimonio de Jesus en aquellos 3 anios y la Iglesia como intitucion
A la iglesia le veo matices y no puedo mirarla como una "unidad" institucional
Admiro a la iglesia que se dedica al trabajo misionero. Critico a la Iglesia +Episcopado Argentino durante la dictadura- por su silencio desde tal estructura de poder. Solo para dar dos ejs.

Me interesa mucho como describis la pobre naturaleza del debate
Para muchos queda bien que estes a favor de los gays, porque esta de moda y punto Para mantener ciertos argumentos tan lights tenes que caer en la calificacion barata y exagerada. Eso ocurre y cada vez masen debates. Sos un facho, retrogado etc. No merece la pena debatir en esos terminos
Y claro que, cuando no se piensa hay embrollos. Totalmente de acuerdo

Tu premisa de Dios Creador y la critica hacia un hombre todopoderoso nos separa al entender la ley
El hombre , es el hijo mas preciado en su Creacion y en todo caso habra que cuidarlo y protegerlo.

estoy de acuerdo con la ley y con la reinvidacion de derechos que sean humanos.

Y me quedo pensando en mas
Excelente post , Gracias Opi

La herida de Paris dijo...

Mary en cuanto a mi relación con la Iglesia te confieso que es un poco como la que tengo con mi madre (y a iglesia es madre).

Le reconozco defectos y hay cosas que no me gustan, pero como con las personas, no se pueden dividir en pedazos, se abrazan con amor.

En cuanto a la ley, escribí esto justamente para poner en claro mi cabeza y poder seguir pensando.

Saludos y gracias por la comprensión.

Estrella dijo...

Creo que faltó eso en este debate, parar, pensar, poner en claro las cabezas y las ideas.
Creo que no es un tema fácil, sobre el que no hay solamente dos posturas (a favor, en contra), sino muchas más. Quizás deberíamos haberlo conversado largo y tendido. Pero si la conversación se empieza desconfiando del otro y adjudicándole las peores intenciones, no vale la pena.
Yo estoy a favor, me sentí muy identificada con las palabras de María Eugenia Estenssoro en el debate en el Senado, pero entiendo, y mucho, a los que les hace ruido o decididamente no lo aceptan. Por otro lado, durante estos últimos tiempos tuve la oportunidad de discutir con personas con posturas muy encontradas y, de verdad, se armó algo tan feo y odioso, que me dieron unas ganas locas de salir corriendo. Adjudicarle al otro una intención que no tiene me parece muy canalla.
Un placer leerte, como siempre. Deberías haber estado en el Senado :)

La herida de Paris dijo...

Si, son temas complicados en donde se suelen rebasar ciertos límites. Se hace difícil a veces discutir y pensar al mismo tiempo. Yo discutí bastante (a derecha y a izquierda) y me pareció que estaba bueno pensar otro poco.

Saludos y gracias.

Carlos G. dijo...

Lamentablemente no se han planteado discusiones de un nivel que nos obliguen a escuchar antes que hablar.
No estoy seguro que la familia tenga un origen natural; por de pronto información que anda por allí nos dice que la familia heterosexual con hijos es minoría ante el resto de familias "no tradicionales".
No tengo un mirada indiferente ante la homosexualidad, pero siento que esta ley no me ha quitado nada, sólo les ha reconocido un derecho a quienes no lo tenían.
Pienso, quizás equivocado, que vivo hoy en una sociedad mejor.

La herida de Paris dijo...

Carlos, disentimos sobre la cuestión de la realción entre familia y naturaleza, pero me parece que acordamos que ese es el eje de la discusión, no el de la igualdad como se planteó mayoritariamente.

En cuanto a la ley en si, a mi tampoco me quitó nada en particular, solamente me parece que se basa en un principio que no comparto, por que me parece que no se ajusta a la verdad de las cosas. Y tiendo a creer que lo que es falso tiene consecuencias negativas para la sociedad.

Pero claro yo también puedo equivocarme y ojalá que así sea, pues también aspiro a vivir en una sociedad mejor.

Saludos y siempre es un gusto compartir opiniones con vos.

PASTOR dijo...

Opi, comparto tus palabras. Considero que el corazón del debate en cuestión -intencionalmente omitido por muchos y simplemente ignorado por otros tantos- era justamente sobre si hay una naturaleza que nos esa dada, que nos precede, o si nosotros construimos "a piacere" todo desde la nada. Vos lo planteás desde Descartes para acá y comparto; para mí son los coletazos del modernismo-posmodernismo-posposmodernismo: el hombre se dio cuenta de la enorme capacidad de su razón, vio que "Dios había muerto" y ocupó su lugar constuyéndose a sí mismo y a las cosas, sobre todo confiado por el enorme desarrollo técnico/tecnológico que parece confirmar la presindencia divina y la omnipotencia humana. Es cierto que reconocer y descubrir esa naturaleza que permite nuestra intervención cultural es una tarea compleja y ardua, pero también pienso que uno está llamado a realizar una "opción fundamental" de darle la derecha a una Naturaleza con sus consecuencias, o no, con sus consecuencias también. Yo elijo la primera.
Abrazo
Lucasp.

La herida de Paris dijo...

Pastor, si es verdad que "Dios ha muerto", nosotros creemos que "ha resucitado". Eso es también lo que yo elijo.

Estoy pensando en algo para analizar las sorprendentes (no)relaciones entre ecología y ética. Si le logro dar forma lo "subo" para seguir pensando.

Abrazo