sábado, 13 de febrero de 2010

Correr con Deleuze

Los estudios de Deleuze sobre el cine, más allá de ser una caótica historia de este arte, son también, y me atrevería a decir sobre todo, una pormenorizada reflexión sobre el movimiento. Esta se basa en Bergson, filósofo para mí desconocido. La conclusión de la lectura es que no sé si habré entendido más sobre el cine, pero sí sé que nació en mí una tremenda sed de Bergson, que procuraré saciar más adelante. Quizás este invierno, porque intuyo que es un filósofo más apto para el frío.

La teoría del movimiento que aquí se expone y que se manifiesta de modo paradigmático en el cine es la siguiente: el movimiento tiene dos caras, una referida al espacio y otra, al tiempo. La primera da cuenta de un cambio en la ubicación de los objetos y la segunda, de el cambio necesario que las cosas tienen que sufrir para persistir en el tiempo. Todo lo que perdura necesariamente cambia. Me permito agregar: salvo por definición lo eterno, es decir Dios.

Este doble carácter del movimiento se expresa en el cine mediante las dos herramientas fundamentales de su lenguaje: el plano y el montaje. El primero registra los cambios en el espacio y el segundo los ordena y los refiera a una totalidad. De esta doble combinación surge el particular lenguaje del cine y de allí brotan las sesudas disquisiciones de Deleuze. Además, este elabora complejas relaciones entre el cine y la conciencia del sujeto, con lo cual la cosa se hace al mismo tiempo más difícil y también más rica. Pensamos como el cine.


Otra concesión al esfuerzo, y no hubo muchas más, la hice con mis periódicas salidas a correr. Ceñido estrictamente a un recorrido preestablecido ponía de manifiesto el primer aspecto del movimiento, es decir el traslado en el espacio, en mi caso, particularmente arduo. Variante bucólica del que realizo en invierno en la cinta, modelo del movimiento burlado. Idéntico esfuerzo, pero sin desplazamiento.

Quizás lo más interesante sea la consideración del segundo aspecto, ya que el recorrido activaba su faz temporal que se manifestaba en el recuerdo. No solo el cronómetro insobornable que daba cuenta de mi pobre estado físico, sino el tiempo que transcurre en mi memoria y que se dispara en cada ángulo que viene a mi encuentro. Correr por Miramar es en el fondo correr a través de un tiempo, del mío en particular. La memoria ha guardado tantos instantes precisos y significativos que los planos se montan en el travelling furioso de mis días.

La lectura entonces se hacía carne y aparecía manifiesta en el sudor que empapaba mi frente y en las imágenes que acompañaban agolpándose en mi pesado andar. Al doblar el rancho de Rivarola, al atravesar el remozado Parque Patricios, al embocar el arco de San Martín esquivando ciclistas, al retomar por la desierta Avenida del Mar, al doblar en la esquina de lo de Alvear, al ser atacado por mosquitos en la ribera del Durazno, todo para terminar en un final de asma de nuevo en el punto de partida.
El cansancio me pone cínico y recuerdo a Diógenes que sentenció que “el movimiento se demuestra andando”, pero el sutil Deleuze me recuerda también cuántas cosas han cambiado para poder ser este mismo que corre.

10 comentarios:

Estrella dijo...

Excelente post, opi. Se nota que así como el movimiento se demuestra andando, la buena escritura se demuestra escribiendo y escribiendo. Como si la muñeca se fuera aflojando, post a post, dibujo a dibujo.

Me quedé pensando en varias cosas:

En tu coraje para leer a Deleuze en Miramar, ¿no es, también, un filósofo apto para el frío? No sé, se me ocurre esta escena: chimenea, silencio, oscuridad, quietud.

En la relación entre cine y conciencia. Pensamos como en el cine: ¡quisiera saber más! Y como yo no puedo con Deleuze, me siento agradecida que me lo traduzcas para mí.

Y en el movimiento sin desplazamiento: acá me bajo, porque me quedo enrroscada, pensando y pensando.

La herida de Paris dijo...

Realmente el verdadero coraje fue necesario para salir a correr.

Deleuze también me resulta oscuro en muchos aspectos, pero cada tanto aparece una idea como un rayo y te parte la cabeza.

Saludos y a seguir pensando.

S. U dijo...

bueno, me voy a tomar mi tiempo para leer este post, que parece jugoso.
saludos

La herida de Paris dijo...

Esepero qe no te resulte como un durazno que me comi el otro día, que "parecía jugoso" y terminó siendo una papa disfrazada.
Saludos

S. U dijo...

jajajaja!
a veces el queso fresco reulta "paposo" o "ricotero", como el de la semana pasada que comprò mi madre.
Saludos

S. U dijo...

ahora en serio:
sabès cuàl es bueno para empezar con Bergson? La risa
Saludos

La herida de Paris dijo...

Iba a empezar com "Memoria y Materia" que era en el que mas se basaba Deleuze, pero te tomo la recomendación. De todos modos hay tiempo, el invierno todavía no llegó.
Saludos

S. U dijo...

si, realmente bergson es un autor invernal
saludos

Mari Pops dijo...

yo paso a decir hola gracias por comentar siempre en mi humilde blog.

http://www.goear.com/listen/455764b/las-cosas-tienen-movimiento-fito-p%C3%A1ez---spinetta
Siempre me gusto este tema es que hablamos del movimeinto no?
Enjoy Spinetta

La herida de Paris dijo...

Movimiento, las cosas tienen movimiento
la oportunidad de estar en libertad
es que siempre estaras
siempre estaras en mi.

Buena canción y mejor versión.
Gracias por traerla.