martes, 21 de septiembre de 2010

Breve enciclopedia de los deportes: 03/ Golf

Los límites pueden ser molestos, pero nadie duda de su necesidad. Esta se muestra evidente en el caso de los deportes, que en general se practican dentro de un terreno explícitamente delineado. Hay claramente un adentro y un afuera que delimita un “campo”, por utilizar la terminología que Bourdieu hizo famosa a la hora de describir las estructuras que entretejen la sociedad.

El golf es la excepción a esta regla y su práctica nos enfrenta inevitablemente con la desmesura. Quizás esta ausencia de referencias claras puede servir para explicar sus efectos, que conducen fatalmente a la obsesión. El golfista es alguien que pierde el contacto con la realidad, o mejor dicho que tiende a reducirla a una sola entidad: el golf.

Los problemas de cantidad empiezan por las herramientas necesarias para jugarlo. Hay una definición que dice que es un juego que consiste en poner una pelota en un agujero, utilizando los elementos menos aptos para tal fin. Estos elementos son los catorce palos que se usan para golpear la pelota. Para transportarlos se requiere de una bolsa que los contenga, y a su vez de un carro para acarrearlos. El carro puede reemplazarse por un ser humano, lo cual heriría la sensibilidad social de cualquiera que no sea golfista.


El reglamento que rige el juego es también infinito. Sin embargo, su extensión no obedece a una complejidad que dificulte su comprensión, sino que es igualmente atribuible a las características del campo donde se practica. La cancha de golf es una versión reducida de la naturaleza toda y sus reglas comprenden situaciones que implican a los tres reinos, incluso el animal. En uno de sus puntos dice: “si la bola está en una situación peligrosa para el jugador, como por ejemplo, estar cerca de una serpiente de cascabel o de una colmena de abejas, el jugador puede dropear la bola sin penalización”. Una regla prudente ya que un golfista sin duda preferiría morir envenenado a arruinar una buena tarjeta.

También es largo el tiempo para consolidar su aprendizaje. Pocos deportes establecen una relación tan estrecha, y en algunos casos profunda, entre maestro y alumno. Los avances suelen ser erráticos y no progresivos como en cualquier otra actividad. Los cambios son temidos y la sugerencia de la nueva posición de un dedo puede provocar retrocesos inesperados, sumiendo al alumno en períodos de un oscurantismo cruel.

Una vuelta de golf dura alrededor de cuatro horas, lo que sumado al traslado, la necesaria pasada por el bar y los vestuarios, insume la mitad del día. Pero esto no termina aquí, ya que el golf es un deporte que invita al relato. El golfista es un solitario, que pelea contra la naturaleza, y esto lo convierte necesariamente en un apóstol de su propio score. Los días posteriores, la vuelta será desmenuzada golpe a golpe, frente a aburridos interlocutores. Es preferible que quien soporte el tedio de escucharlo no tenga idea de golf, ya que así se evitará que este a su vez relate la suya.

Así la amplitud del tiempo y del espacio son la nota característica de este juego. Pero no toda la extensión tiene una connotación negativa. Quizás de las cosas más valoradas es que su compañía se extiende a lo largo de toda la vida. Mientras el tiempo va implacablemente expulsando a los deportistas de otras disciplinas, el golf es compañero de todas las edades de la vida. Incluso hay quien ha soñado el Paraíso como un link eterno, en donde la pelota finalmente obedezca a sus designios.

16 comentarios:

Kun dijo...

En enero, aprovechando de mi soledad, intenté acompañarme con el golf. La primera clase le pifiaba, la segunda mejoré y la tercera le pegué bastante bien (la pelota volaba lejos y todo...). A la cuarta me empezó a doler el codo muchísimo con un diagnóstico insólito para alguien que no es golfista: codo de golfista.

Fue mucho para mí, aunque creo que hubiera sido bueno...

La herida de Paris dijo...

Kun querido, no sabía que una maldita lesión nos privó de un "Tiger" en la familia. Lo tuyo es el ping-pong.

Abrazo

Estrella dijo...

Leo y pienso en todos los golfistas: en sus relatos (ay), en la pasión con que esperan el día, en la gloria del hoyo en 1.

Personalmente, mi única conección con el golf (más allá de que padre y marido han jugado) es la corrección de la revista que hacía hace unos años. Cada dos por tres tenía que llamar a janfiloso para preguntarle si ese idioma tan extraño era correcto.

Y ya que hablo de janfiloso, le voy a decir que venga, sé que le va a gustar.

Muy bueno, ¿con qué seguimos?

Mari Pops dijo...

" Es preferible que quien soporte el tedio de escucharlo no tenga idea de golf, ya que así se evitará que este a su vez relate la suya."
me hiciste reir!!!!

pero no me aburriste con este relato,
me encantan tus post. La cuestion es que termino viendo cosas desde una optica totalmente reveladora

tiempo y espacio, deporte atrevido el golf meterse con ellos!

La herida de Paris dijo...

Estrella: Yo también crecí rodeado de golfistas ansiosos por rememorar sus golpes. Siempre pensé que, como sucede en tantos otros órdenes de la vida, contarlo es mejor que vivirlo. Seguimos con cualquier cosa.

Mary, me meto con ellos, por que los quiero a los golfistas. Estan seriamente afectados por uan pasión y eso siempre conmueve.

Saludos

Rob K dijo...

Del golf sólo tengo un muy superficial conocimiento como espectador televisivo, habitualmente siguiendo los días finales de los majors. No he sentido la tentación de jugarlo aun. Y por no practicarlo, no alcanzo a ponderar cuánto hay en ese juego de entrenamiento mental y cuánto de puramente muscular.

Pero cada vez que veo algunos de esos aparentemente imposibles emboques a distancia, imagino que las sensaciones que experimenta el jugador deben ser tan únicas que compensan con creces todo el esfuerzo de su práctica.

La herida de Paris dijo...

Rob, yo lo intenté de muy chico, durante los veranos en el Sur, pero fracasé por falta de fe. Parado adelante de la pelotita, pensaba que con toda seguridad le iba a pegar horrible, cosa que ocurría invariablemente. Sencillamente no pude soportar la presión.

Saludos.

Anónimo dijo...

Opi, muy buena nota.
Muy atinados los comentarios sobre un deporte un tanto "verbalizado" (hay un conocido cuento que dice que cuando los jugadores quieren relatar a los mozos del bar su vuelta de 18 hoyos, los mozos escuchan con atención hasta el hoyo 1 y luego interrumpen al jugador al dicho de "un hoyo por socio por favor").
Janfi

La herida de Paris dijo...

Janfi: "Verbalizado", esa es la palabra que em faltaba.

Hace no mucho, en una de esas reuniones de padres del colegio, se me sentó al lado uno y me contó una vuelta entera. Cuando terminó me dijo: ¿vos jugas no?.

Estoy seguro que respiró con alivio cuando e dije que no.

Saludos

Gordo cincuentón, golfista, tenista, esquiador. NUNCA ME PUDISTE GANAR EN NINGUNA DE LAS TRES DISCIPLINAS dijo...

Querido hermano, y fracasado golfista. Hay unas estacas blancas que marcan los límites del terreno. Por ende, no es en absoluto cierto que los golfistas podamos errar como vagabundos, por cualquier parte del terreno. La salida de los límites no cuesta más cara que una amante francesa. Ejecutar de nuevo el golpe más un tanto de multa.
A propósito, el otro día... pegué el drive en el hoyo dos, cerrando demasiado la mano derecha, y la pelota salió con pool o con algo de draw, que es lo contrario al fade. Rebotó de milagro en una rama y cayó dentro de la linea imaginaria de las caras de las estacas blancas, o sea... jugable, allí tomé de la bolsa el hierro 7, porque estaba a 140 yardas del centro del green, y le pegué un tiro bajo contra viento para dejarla en el green. Luego me tomé un solo putt (4 mts) y lo emboqué. Resultó un precioso berdie... SIGO CON EL HOYO 2 ????

Anónimo dijo...

"en este universo mágico que es el golf, la operación de empujar con un palo una pelota adquiere un rango supremo, y basta para dar sentido a la existencia."
CONVERSACIÓN EN EL GOLF O LA IDEA DEL DHARMA - Ortega y Gasset.
El texto completo es una maravilla.
http://lafilosofiaylasociedad.blogspot.com/2009/05/conversacion-en-el-golf-ortega-y-gasset.html
Janfi

La herida de Paris dijo...

Gordo no seguis con el hoyo 2 por que seguro que te mandaste un triple bogey.

La herida de Paris dijo...

"Se advierte que en esta latitud, en este universo mágico que es el golf, la operación de empujar con un palo una pelota adquiere un rango supremo, y basta para dar sentido a la existencia."

Insuperable Ortega. Nadie escribe el castellano como el.

Gracias, Janfi.

Anónimo dijo...

Es verdad, realmente escribe muy bien.

Estrella dijo...

Vale "conexión" por conección (qué barbaridad, se ve que mi menta estaba ya pensando en la "corrección" mientras mis dedos tecleaban).

Muy buena la cita de Janfi y la descripción del juego del ¿Gordo?

La herida de Paris dijo...

Estrella, error imperdonable, ¿que va a decir María, tu colega?.

La descripición es del verdadero (y único) Gordo, golfista eximio, pero algo temperamental, del que he soportado innumerables relatos de vueltas, malogradas en el último hoyo.

En cuanto al excelente Ortega de janfi, fui directo al texto y rescaté la misma cita que él. Eso si que es una "conección"!

Saludos.