domingo, 17 de julio de 2011

Double Woody

Hace una semana, por una de esas casualidades del zapping, volví a ver Poderosa Afrodita. La había visto en el cine a la hora de su estreno hace poco más de 15 años. Siempre da placer ver cómo las cosas que nos gustaron mucho no sufren el paso del tiempo y se nos presentan intactas y aun mejoradas. Será la vanidad de comprobar que uno no se había equivocado. Así, el placer de aquella primera visión en el cine se repitió con creces, por lo inesperado, en el siempre melancólico espacio del atardecer de un domingo.

Toda obra maestra se produce por una acertada combinación de un contenido con una forma. En este caso el fondo está dado por una profunda reflexión sobre la identidad y la pregunta sobre cuánto de esta dependa, en definitiva, de un factor natural conocido como genética. En cuanto a la forma es quizás donde reside la mayor brillantez, ya que la idea de mezclar los sucesos actuales de la trama con un coro griego que actúa como conciencia, siguiendo la mejor tradición del drama clásico, resulta genial. El modo y la sorprendente libertad con que ambos planos se combinan es lo que da a esta película su frescura inalterable.

Exactamente una semana después fuimos al cine a ver la recientemente estrenada Medianoche en París, precedida de buenas críticas de diarios y de amigos. Sin embargo, el mágico efecto sufrido siete días atrás no pudo ser repetido. Si bien pasamos un muy agradable momento, y reconociendo que la película es en muchos aspectos impecable, no pude nunca dejar de sentir durante todo su transcurso una cierta desazón. Una desazón aumentada por la algarabía de la gente al abandonar la sala. Será esta hija de un cierto resentimiento que sentía al no poder sentirme entusiasmado como ellos, o como yo mismo, tan solo una semana atrás. O será quizás el malestar que me produce que Buenos Aires sufra de manera tan patente la seducción de esa París que irremediablemente, y en muchos aspectos por suerte, ya nunca seremos.


Woody Allen se parece a aquellos jugadores de fútbol que fueron “cracks”, pero que el paso de los años ha vuelto previsibles. Lo que antes era una gambeta electrizante ahora se vuelve una amague repetido. Todos sabemos que él va a hacer esa jugada y, lo más grave, él también lo sabe, pero no puede sustraerse a lo que ya es un reflejo condicionado por la comodidad. Aquí también hay dos planos que se mezclan, pero en vez de fundirse con naturalidad, lo hacen con una mal disimulada pesadez. La forma parece algo engorrosa y fluye con dificultad, y el fondo, una algo banal reflexión sobre el paso del tiempo, demasiado declamado como para dejar de ser evidente.

Pero el viejo jugador de otras batallas no deja de tener su manías y su genialidad, aunque en retirada, ofrece cada tanto destellos que evitan el naufragio. Sabe como seducir a la platea y también a la popular, con una impecable fotografía, algunos oportunos gags y esa fantástica indulgencia para tratar a sus personajes. Sin embargo, su mismo estilo luce algo cansado y sobre todo parece demasiado consciente de su oficio, como si esta fuera una tentación de la que no tiene suficientes deseos de librarse.

No es que no valga la pena ver Medianoche en París, pero no aconsejo hacerlo, como hice yo, bajo el influjo de alguna obra maestra del mismo autor. Del mismo modo, no le diría a alguien que quiera ir un domingo de estos a la Bombonera, que antes vea una documental del Boca de Bianchi. Será que pocas cosas hay más tristes que comprobar que Afrodita ha perdido su poder.

12 comentarios:

La condesa sangrienta dijo...

Teníamos pensado ir a verla este fin de semana pero hubo cambio de planes sobre la marcha y pasamos un buen domingo, variado y en familia.
Leí por ahí una crítica que coincide bastante con la tuya, así es que cuando vaya a ver la película lo haré sin grandes expectativas pero dispuesta a disfrutar de París, esa gran fiesta.
Un beso grande

Mary poppins dijo...

Coincido. Ni siquiera necesite comparar a este Allen con anteriores para percibir la superficialidad.
La pelicula es linda como es linda ver Paris bajo la musique de Porter. No mucho mas, el tema detras no es "todo tiempo pasado fue mejor" sino " perdi el destino de mi talento" Allen.

Agrego, de todos modos que la primera vez la vi con mi hija y fue una suerte de introduccion wikipedista a esa generacion perdida en el hermoso Quartier Latin.

Saludos porteños opi

La herida de Paris dijo...

"Un buen domingo variado y en familia", un programa siempre mejor que cualquier película.

Las expectativas, esas traicioneras, ir sin ellas seguro que mejora, el cine y la vida.

Saludos.

La herida de Paris dijo...

Mary, sos mas lapidaria que yo, pero en tu frase resumiste perfecto lo que yo sentí. No es tanto la pérdida del talento, sino la del destino del mismo. El talento, como bien enseña el Evangelio, es dado para ponerlo en juego.

Saludos.

Carlos G. dijo...

Todavía no vi Medianoche en París.
Seguramente la veré un día de éstos.
Y seguramente también, coincidiré con tu juicio.
Lo que WA tenía que decir, ya lo dijo con muchas otras y anteriores y buenísimas películas.
Por supuesto que la calidad de su cine lo pone a salvo de cualquier desastre y siempre es bienvenida su "última" película, aunque siempre, de alguna manera nos decepciona un poquito.
Así me pasó con Mach Point o El Sueño de Casandra.
Y así me pasará, seguramente, con Medianoche en París.

Saludos

La herida de Paris dijo...

Carlos: Confieso que a mi, de esta última etapa me gustó mucho "Vicky, Cristina, Barcelona", en donde me parece había dado en la tecla con el "tempo" de otros tiempos. De todos modos, como con los grandes jugadores en decadencia, no puedo dejar de esperar algo de él. Me ilusiono con la próxima, que al parecer será en Roma, ciudad mucho mas cercana a mi corazón que Paris, que a pesar de su innegable belleza siempre me resultó algo antipática.

Saludos.

Rob K dijo...

Tengo los mejores recuerdos de "Poderosa...", aun no he pasado por "Medianoche...". La última que vi de Allen, "Si la cosa funciona", me pareció demasiado floja, o peor que floja, aburrida. Allen ha sido (para mi) siempre mas ingenioso que genial, y en los últimos veinte años bastante desparejo.

Un abrazo.

La herida de Paris dijo...

Nuestra primer ida al cine este año, la de "Medianoche" fue la segunda, la dedicamos a "Que la cosa funcione", que me pareció tan floja que ni siquiera me dió para un comentario. Sin embargo ayer volvía a ver "Annie Hall" y me di cuenta por qué uno le tiene tanta paciencia a Woody Allen.

Saludos.

GORDO CINCUENTON dijo...

Nunca me lo banqué a este personaje, que ya lo era antes de ser director. Su humor -dicen que inteligente- jamás me hizo sonreir. Lo mismo me pasa con Les Luthiers. Y mi mal humor contra èl aumenta exponencialmente, cuando me encuentro con decenas de fanáticos de W.A. que si lo criticás no te lo perdonan... Son como Fito PAEZ...
De la película no puedo opinar demasiado, porque dormí un largo trayecto. Lo que vi me pareció francamente estúpido. Una mezcla de realismo y fantasía que no logró atraerme en ninguno de los dos planos. La fantasía y su mensaje eran de cajón, y en la realidad tambièn me quedó gusto a poco. Al menos si se hubiera desnudado la rubiecita que estaba fuertísima, me hubiera despertado algo.
Otra cosa... basta de ponderar la fotografía. Si sacás malas fotos en Paris, es porque ponés el dedo sobre el objetivo. En todo caso, que mérito tiene el director de que Paris sea Paris?.

La herida de Paris dijo...

Gordo primero: "no mientas".
Segundo coincido en parte, por que nunca entendí los fanatismos en materia de juicios estéticos, como si de futbol, política o religión se tratara.

Creo que Woody es una artista desparejo, con obras excelentes, otras menores y otras decididamente malas. Esta la ubicaría en el segundo lote.

Abrazo

Lánguida crónica dijo...

Casi voy a verla 4 veces y no fui ninguna, siempre hubo alguna excusa válida para pasar, pero ahora me lo tomo como una señal de que mejor la dejo para cuevana, el cine de los pobres o de los que no tenemos TV.
ayer tuve novedades de nuestras queridas neoyorkinas, y me dieron ganas de repasar los últimos post de NY, me faltaban unos cuántos!!
beso, ope

La herida de Paris dijo...

Flopi: Leí en TP tus reflexiones familiares y pienso que la nuestra es del tipo que no te abandona ni en NYC. Hasta un día en el Moma Rosario se encontró con el Poroto. En fin, menos mal que Alguien dijo: "felices los pobres" por que si la frase que citás es cierta, nos vamos derechito al Paraíso.

Beso.